quarta-feira, 27 de agosto de 2008

Jardín Japonés




             La piedra

entre la blanca arena rastrillada

no fue traída por la violenta naturaleza.

          Fue escogida por el espíritu

de un hombre callado

        y colocada,

no en el centro del jardín,

sino desplazada hacia el Este 

                también por su espíritu.


No más alta que tu rodilla,

la piedra te pide silencio. Hay tanto ruido

de palabras gesticulantes y arrogantes

que pugnan por representar

                  sin majestad

las equivocaciones del mundo.


Tú mira la piedra y aprende: ella,

             con humildad y discreción,

en la luz flotante de la tarde,

representa

       una montaña.



José Watanabe, poeta peruano (1945-2007)


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